Durante siglos la gente ha usado el agua fría para mejorar la salud. Desde Hipócrates, que creía que los baños con agua helada aliviaban la fatiga, hasta médicos en el siglo XVIII que recomendaban baños con agua fría para tratar el raquitismo y la fiebre.
Hoy en día, se tiene más conocimiento sobre los beneficios de las inmersiones en agua fría. Algunos incluyen la recuperación de lesiones, efectos antiinflamatorios y mejora de la circulación. Pero hay más.
Algunas personas señalan que después de sumergirse en agua helada se sienten con más capacidad para controlar el estrés. Otros dicen que los baños con agua fría les ha servido para superar la ansiedad, la depresión y el dolor.
Ante estos testimonios, los estudios preliminares indican que puede ser cierto. No obstante, aún no hay certeza sobre cómo y por qué el agua helada tiene un impacto positivo en la salud mental.
No hay estudios que confirmen directamente que el método Wim Hof o la inmersión en agua fría mejoren la salud mental por sí solos. Sin embargo, algunas investigaciones indican que nadar en aguas frías puede potenciar el estado de ánimo y el bienestar general.
Investigadores en Europa han encontrado resultados positivos en este sentido.
Por ejemplo, en el año 2020 se llevó a cabo un estudio en el Reino Unido para evaluar el impacto del frío en las personas. Los resultados revelaron lo siguiente;
Algunos científicos también creen que sumergirse en agua helada también puede ayudar en el tratamiento de la ansiedad y la depresión.
Sobre esto hay un estudio de caso de una mujer de 24 años del Reino Unido que sufría depresión y ansiedad. Luego de pasar 4 semanas nadando en agua helada pudo dejar la medicación.
Estos resultados, que resaltamos son preliminares, son bastante prometedores. Aun así, la ciencia no ha logrado reunir pruebas concretas sobre el impacto del agua helada en la salud mental. Porque detrás de eso hay muchos factores que no se han tenido en cuenta en algunos estudios.
Pero entonces…
Hay varias razones por las que el agua fría podría beneficiar la salud mental. Cuando una persona se sumerge en agua helada, el cuerpo libera noradrenalina y el cortisol, conocidas como hormonas del estrés. Esto hace que sintamos una sensación de alerta luego de entrar al agua y nos sintamos vigorosos.
Además, otra investigación sugiere que después de tomar un baño helado, aumenta la producción de dopamina. Este es un neurotransmisor que regula el estado de ánimo, por lo que se puede explicar la euforia que sienten muchos, luego de sumergirse.
Otro factor que influye en el estado de ánimo es que al meter la cara en agua helada, se activa la rama parasimpática. Esta forma parte del sistema nervioso y cuando se activa ayuda a que el cuerpo se relaje y disminuya la inflamación.
Debido a esto, Mark Harper, anestesiólogo del Royal Sussex County Hospital y estudioso del tema, señala que esto podría ser útil para tratar varias enfermedades. Y es que, diversas afecciones, incluida la depresión, están vinculadas a la inflamación crónica.
Sobre los beneficios de los baños con agua helada, hay otros investigadores que sugieren que tiene beneficios en el manejo de otras tensiones.
Por ejemplo, se demostró que las personas que están acostumbradas al agua fría se estresan menos cuando se enfrentan a nuevos esfuerzos físicos. No obstante, no es posible comparar el estrés de origen psicológico con el de origen físico.
Si bien hay varios efectos probados de la inmersión en agua fría, aún hacen falta más estudios para tener total claridad sobre su efecto en la salud mental.
Uno de los peligros más conocidos es la hipotermia, que puede manifestarse en adultos después de aproximadamente 30 minutos de estar sumergidos. Sin embargo, los riesgos se presentan mucho antes de ese tiempo.
La primera inmersión en agua helada puede desencadenar arritmias y hasta ataques cardíacos si no lo haces con el debido cuidado. El peligro se intensifica si se sumerge la cara en el agua durante este primer contacto frío. Esto pasa porque se estimulan simultáneamente respuestas contradictorias del sistema nervioso, lo que confunde al corazón.
Este choque inicial también puede provocar un reflejo de jadeo, seguido de hiperventilación que, si ocurre bajo el agua, podría resultar en ahogamiento. Por eso, la mejor manera de probar la inmersión en agua helada es en piscinas tipo Cold Plunge.
Además, los especialistas a menudo aconsejan consultar con un médico antes de optar por nadar en aguas frías.
Y si quieres nadar en agua helada, considera nadar en grupo. También debes estar consciente de los riesgos del lugar, evitar zambullidas de cabeza y planear con antelación cómo vas a salir del agua.
Practicar la inmersión en agua fría puede ser muy beneficioso, siempre y cuando se realice con cuidado.
Los expertos mencionan que, aunque no es una cura, este método puede contribuir al manejo de la salud mental. Muchos optan por invertir en una piscina de inmersión especializadas, lo cierto es que puedes comenzar usando tu bañera, que ofrece los mismos beneficios. Incluso cualquier cuerpo de agua cercano puede ser suficiente.
La ciencia sigue investigando cómo maximizar los beneficios de la inmersión en agua fría para la salud mental, pero lo que parece ser clave es el impacto del primer choque con el agua fría. No es necesario que el agua esté extremadamente fría, ya que la reacción más intensa se produce cuando está entre los 10 y 15 grados Celsius. Además, el tiempo ideal para sumergirse es entre 3 y 5 minutos, con un máximo de 10. Pasar más tiempo no necesariamente incrementa los beneficios y puede ser contraproducente.
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