Desde hace mucho tiempo, los atletas han usado los baños con agua helada para recuperarse más rápido luego de una exigente sesión de ejercicio. Esto les ayuda a mejorar su rendimiento deportivo, pero hoy en día, esta práctica no es exclusiva de los deportistas de élite.
Cada vez más atletas aficionados usan la inmersión en agua helada para acceder a una recuperación de músculos, nervios y tendones de forma rápida.
Craig Smith, fisioterapeuta deportivo, declaró a la BBC: “[…] Con el frío, los vasos sanguíneos eliminan las impurezas que genera el cuerpo, como el ácido láctico, que hace que los músculos no funcionen correctamente y que se produzca fatiga y cansancio en general”.
Es decir, luego de tomar un baño de agua helada en una piscina Cold Plunge, por ejemplo, los músculos salen ‘renovados’. Y es que, una inmersión de 10 minutos produce entumecimiento. Por tanto, al salir del agua, el cuerpo necesita sangre “limpia” que lleva oxígeno a los músculos y los vigoriza.
Pero hay más razones por las que los deportistas hacen inmersiones en frío y te las vamos a contar a continuación. Aunque antes, repasemos en qué consisten los baños con agua helada.
Un baño con agua helada, o inmersión en agua fría (IAF), es un método terapéutico donde puedes usar una piscina Cold Plunge para contrarrestar la fatiga. Además, también ayuda a acelerar la recuperación muscular post-ejercicio.
Sumergirse en agua a menos de 15 °C disminuye el flujo sanguíneo, lo que aumenta la circulación al normalizarse la temperatura. De esta manera, se pueden reparar músculos y reducir inflamaciones. Lo óptimo es estar entre 11 y 15 minutos para maximizar los beneficios después de entrenar.
Los expertos dicen que la investigación en torno a los beneficios de los baños con agua helada es limitada. En gran parte se debe a que los estudios que se han llevado a cabo solo se hacen en atletas de élite. Sin embargo, los reportes que tenemos señalan que hay al menos 5 beneficios de la inmersión en agua fría.
Si sigues de cerca el fútbol, verás que en las pretemporadas veraniegas los equipos europeos usan mucho la inmersión en frío. Esto se debe a que al entrenar en altas temperaturas, un baño con agua helada ayuda a que el cuerpo se enfríe más rápido.
De esta forma, los deportistas evitan sufrir golpes de calor o agotamiento por calor si el cuerpo se calienta de más. Esto está respaldado por un estudio que publicó la revista Medicine & Science in Sports & Exercise en el año 2015.
Pero como comentamos, no solo los atletas de élite lo pueden usar. Si eres una persona que tiende a elevar mucho su temperatura corporal al hacer ejercicio, un baño con agua fría puede ayudar en la recuperación post ejercicio.
Los baños de hielo son ampliamente usados por atletas de élite para mejorar la recuperación y disminuir el dolor muscular post-entrenamiento, según expertos. Este método, respaldado por el American College of Sports Medicine, se basa en la inmersión en agua fría tras ejercicios intensos que provocan microrroturas en las fibras musculares. Estas roturas inician una inflamación que contribuye al dolor tardío.
La terapia de inmersión en agua fría (IAF) supera a la recuperación pasiva en aliviar el dolor muscular tanto inmediato como retardado. Así lo revela un estudio metaanalítico de 2015 en Sports Medicine.
Idealmente, la IAF debería aplicarse luego entrenamientos exigentes que resultan en daño muscular significativo, optimizando así el proceso de reparación y regeneración muscular.
Los especialistas sugieren que deportes como el running, particularmente tras sesiones extensas o acumulación de kilómetros, pueden beneficiarse de este método. Aunque la IAF reduce la fatiga percibida, no es obligatoria, y existen muchas otras opciones de recuperación disponibles para los atletas. Al final la decisión es tuya.
Si has pasado una noche sin dormir, entenderás la importancia del sueño para el funcionamiento cognitivo y la recuperación atlética. El sueño profundo, o sueño de onda lenta, es esencial para la reparación muscular.
Adicionalmente, la termorregulación, que controla la temperatura corporal, juega un papel vital en la calidad del sueño. Mientras duermes, la temperatura corporal disminuye naturalmente, lo que explica por qué dormir en un ambiente fresco puede ser beneficioso.
Un estudio de 2021 sobre corredores de fondo masculinos destacó que la inmersión en agua fría (IAF), incluyendo duchas frías antes de dormir, puede mejorar significativamente la calidad del sueño.
Los resultados mostraron reducciones en la excitación cerebral y los movimientos de los miembros durante el sueño, ambos factores que pueden perturbar el descanso. Además, se observó un impacto positivo en el sueño de onda lenta. Esto sugiere que la inmersión en agua fría contribuye a una mejor recuperación neuromuscular después de ejercicios intensos.
Algunas investigaciones sugieren que los atletas que regularmente se sumergen en agua fría pueden tener menos infecciones virales y de menor gravedad. La idea se apoya en la teoría de que el estrés fisiológico breve, como la exposición al agua fría, puede fortalecer el sistema inmunitario. Aunque aún no se ha comprobado que esto reduzca la incidencia de resfriados comunes.
Estudios adicionales proponen que el choque inicial al entrar en agua fría podría activar los leucocitos, células esenciales en la lucha contra infecciones.
Un estudio específico de 2014 sobre Wim Hof, encontró que la combinación de meditación, técnicas de respiración y exposición al frío puede aumentar la resistencia a infecciones respiratorias.
En este estudio, los participantes que practicaron estas técnicas por diez días mostraron menos síntomas de resfriado comparados con quienes no lo hicieron. Estos hallazgos refuerzan la idea de que una rutina de recuperación adecuada puede mejorar la salud inmunológica. Aunque es difícil determinar el efecto exacto de la inmersión en agua fría.
Testimonios anecdóticos sugieren que la terapia con agua fría puede mejorar la salud mental. Por ejemplo, algunas personas utilizan duchas frías de dos minutos para aliviar el estrés y cambiar su estado de ánimo.
Un estudio de 2020 en el International Journal of Environmental Research and Public Health reveló que la natación en aguas frías puede reducir la tensión y el cansancio. La inmersión en agua fría podría estimular el sistema nervioso que controla la respuesta al estrés. Así, se atenúa esta reacción y ayuda a manejar el estrés cotidiano.
Aunque los baños helados ofrecen beneficios comprobados, no son adecuados para todos. Antes de intentar la inmersión en agua fría, consulta a un médico y realiza la práctica bajo supervisión experta en un entorno controlado. Si te resultan útiles, combínalos con otras técnicas de recuperación como el uso de rodillos de espuma y masajes deportivos. Recuerda, estas prácticas son complementarias y no sustituyen la atención médica especializada en caso de lesiones.
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