No importa la época del año, si hace frío o calor, la terapia con agua fría es una gran forma para mejorar la salud y la condición física general. Esta práctica, basada en el método Wim Hof, combina la exposición del cuerpo al frío extremo y técnicas de respiración. De esta forma, la persona logra elevar sus límites personales.
En sus inicios, la terapia de sumergirse en hielo, solo era usada por atletas de alto rendimiento, pues en ese entonces, solo se conocía el beneficio de desinflamación muscular. Sin embargo, hoy en día también se conocen los efectos positivos de la inmersión en agua fría para la salud mental. Y hoy te vamos a contar todo lo que necesitas saber para iniciarte en este proceso de mejorar tu salud tanto física como mental.
Para acostumbrarte al agua helada, lo mejor es empezar poco a poco. Comienza con baños de agua fría, aumentando gradualmente el tiempo antes de pasar a baños de hielo.
Es importante relajarse antes de sumergirse. Los primeros treinta segundos son clave, ya que es el tiempo que el cuerpo necesita para empezar a adaptarse al frío extremo. Expertos dicen que los beneficios del frío se notan entre los 16 y 18 grados.
Si es tu primera vez, intenta quedarte en el agua solo dos minutos. Aunque pueda parecer más fácil adaptarse a temperaturas más bajas, es mejor ir poco a poco. Si te sientes incómodo o tienes dudas, es mejor salir del agua.
Con el tiempo, te acostumbrarás y empezarás a disfrutar de la sensación energizante que proporciona. Pero, qué le sucede al cuerpo al sumergirse en agua fría, es bueno o malo. Veamos lo que dicen los expertos.
El doctor Hugo Becerra, de SANNA Clínica El Golf, y el Mag. Ricardo Gonzales, de la UPC, comparten cómo el cuerpo reacciona al frío:
Por estas razones, cada vez más personas se unen a la terapia de inmersión en agua fría. Ya no es algo que hagan los atletas de alto rendimiento, sino que puedes hacerlo tú, en la comodidad de tu hogar.
La terapia de inmersión en agua fría consta de tres etapas. En casa una es importante tener claro las pautas de los expertos para poder aprovechar todos los beneficios. Te explicamos.
Antes de sumergirte en hielo, es clave aprender a respirar correctamente. Los expertos subrayan que, aunque respirar parezca automático, muchos lo hacemos de forma incorrecta. La respiración es vital para mantener la calma en el hielo, ayudando a pasar de un estado de mucho estrés a uno de relajación profunda.
La técnica inicial es simple: tras tres rondas de respiraciones profundas, hay que entrar de una vez al agua helada, hasta cubrir el cuello. Dentro del agua, se debe respirar, inhalando rápido y exhalando despacio y suave.
En esta parte, lo más intenso es el principio, cuando entras al agua y tu cuerpo reacciona. Este choque inicial activa tu sistema nervioso y comienza un proceso donde tu cuerpo quema grasa y acelera el metabolismo.
Mantenerse en el hielo, especialmente el primer minuto, es un reto. Aquí, el instinto de “lucha o huida” puede surgir. Pero con la técnica de respiración adecuada, es posible acostumbrarse a estar bajo el hielo por unos minutos.
Aunque el frío puede causar dolor, especialmente en manos y pies, la recomendación es colocar las manos bajo las axilas o sacarlas del agua para aliviarlo.
Luego de la inmersión, que puede durar de 3 a 6 minutos, según lo que puedas resistir, el cuerpo puede sentirse más lento por la contracción muscular. Por eso, debes ir a un lugar donde te dé el sol y empezar a hacer ejercicios de movilidad, lo ideal son las sentadillas que te ayudan a reactivar la circulación.
Después vas a sentir como tu cuerpo está más ligero y fresco, sobre todo si te sumerges en hielo en época de verano o en regiones de alta temperatura.
Dominic King, de Cleveland Clinic, detalla cómo la inmersión en hielo puede ser beneficiosa:
Además de esto, también es posible recibir beneficios estéticos de esta práctica. Y es que, cuando la temperatura se reduce a nivel subcutáneo, el proceso de envejecimiento en los tejidos parece retrasarse, según el Dr. Hugo Becerra.
Sin embargo, no todos pueden aprovechar los beneficios de la inmersión en hielo.
Si sufres de alguna de las siguientes afecciones, no puedes hacer la terapia de inmersión en agua helada:
Además, te recomendamos que consultes con tu médico si sufres de otra enfermedad subyacente. Asimismo, recuerda que, aunque la terapia de inmersión en agua fría alivia dolores, no es recomendable si tienes fracturas o desgarros.
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1 Comment
Esta muy interesante esto, donde puedo obtener mas información?